Encuentran en la India una rana que se creía extinta desde 1870

Un renacuajo de una rana llamada Frankixalus jerdonii. EFE





por Víctor M. Olazábal | Nueva Delhi


Un grupo de científicos liderados por el biólogo indio Sathyabhama Das Biju ha encontrado una especie de rana arbórea que fue descubierta por primera y única vez en 1870, por lo que se creía extinta. El hallazgo ha tenido lugar en Meghalaya, un estado al noreste de India.

"Este es un descubrimiento emocionante, pero eso no significa que las ranas estén seguras", afirmó a AP el científico de la Universidad de Delhi, cuyo equipo encontró las ranas por accidente mientras buscaba otros anfibios en una investigación que empezó en 2007 en cuatro estados del noreste del país. Una noche, recuerda Biju, "escuchamos una orquesta musical viniendo de las copas de los árboles. Fue mágico. Por supuesto, teníamos que investigarlo".

Allí se encontraban las ranas, en pequeños charcos formados en los huecos de los árboles, a más de 6 metros de altura. Los científicos estudiaron su comportamiento, su aspecto exterior y su esqueleto. El grupo de biólogos sostiene que las hembras alimentan a sus crías con huevos no fecundados, una conducta inusual ya que los renacuajos suelen nutrirse de la vegetación.


Cuando los científicos secuenciaron su código genético confirmaron que se trataba de un género nuevo. "Demostramos que estas ranas forman un linaje evolutivo distinto que merece ser reconocido como un género nuevo", dice el estudio de Biju y su equipo, publicado esta semana en la revista PloS One. Llamaron a este género Frankixalus, dentro de la familia Rhacophoridae, habitual de Asia y África.



La ciencia daba por extinto este tipo de ranas descubierto en 1870 por el naturalista británico Thomas Jerdon en la región de Darjeeling, también en el noreste de India. Dos ejemplares del que entonces fue llamado Polypedates jerdonii son exhibidos en el Museo de Historia Natural de Londres.

La investigación presentada ahora concluye que este tipo de ranas no sólo se encuentran en los bosques indios sino que podrían estar viviendo en un área más amplio, incluyendo zonas de China, ya que su ADN coincide con el de unas muestras registradas recientemente en ese país.

¿Por qué no se han visto en todo este tiempo?

Pero ¿por qué no se han visto en todo este tiempo? El zoólogo indio cree que se debe al estilo de vida de estos anfibios que habitan escondidos en altos árboles, no en arbustos a ras de suelo. Otros expertos señalan que probablemente se deba a que pocos científicos investigan esa región tan remota. "No me sorprendería en absoluto si se descubriesen nuevas especies", dijo James Hanken, director del Museo de Zoología Comparada de la Universidad de Harvard, citado por National Geographic.



Biju, un científico reconocido en India que lleva más de 25 años dedicado al estudio de los anfibios, es apodado el "Hombre Rana" por haber descubierto un centenar de las 350 especies reconocidas en este país. Entre ellas, la extraña rana púrpura en 2003.

El hallazgo de Frankixalus se ha convertido también en una denuncia de la situación medioambiental de una región castigada por la acción humana. "Esta rana se enfrenta a un estrés extremo en esas áreas y podría ser empujada a la extinción simplemente por la pérdida del hábitat", afirmó Biju, quien alertó de que algunas zonas en las que hallaron los animales durante la investigación ya han sido taladas para la agricultura. A la extensión de los campos de arroz se une la ampliación de los asentamientos urbanos, la construcción de carreteras y la contaminación de la creciente industria. "Tenemos suerte de haberlas encontrado antes de que eso suceda, pero todos estamos preocupados", añadió.

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, el 32% de las 7.000 especies de anfibios que pueblan el mundo está en peligro de extinción, una suerte que ya corrieron la Rana de Australia (Rheobatrachus silus), el Sapo Dorado (Incilius periglenes) o el Sapo Jambato (Atelopus ignescens).

En los últimos años diversos proyectos para la recuperación de anfibios que se creían extintos han dado sus frutos alrededor del mundo, con redescubrimientos en Centroamérica o África. Uno de los últimos tuvo lugar hace pocos meses cuando en Ecuador apareció el Sapo Azuay (Atelopus bomolochos). © El Mundo.es


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