Hallan un mundo a un billón de km de su estrella, 7.000 veces la distancia de la Tierra al Sol
Foto: Universidad de Hertfordshire | Neil Cook |
Creían que era un planeta solitario o errante, uno de esos mundos que, tras ser expulsados de sus sistemas, vagan por el espacio sin orbitar ninguna estrella. Pero no, tiene compañía, aunque tan lejana que era muy difícil identificarla. Un equipo de astrónomos de Reino Unido, EE.UU. y Australia ha descubierto que 2MASS J2126 no es un mundo «perdido», sino que se encuentra en órbita alrededor de su propia estrella. Claro que la órbita es tan gigantesca que se sitúa nada menos que a un billón de km, 7.000 veces la distancia de la Tierra al Sol. Si la vida existiera en ese mundo, algo prácticamente imposible, esos habitantes solo verían su sol como una estrella lejana en el firmamento. Los investigadores informan del descubrimiento en un artículo publicado en Monthly Notices de la Royal Astronomical Society.
En los últimos cinco años, los astrónomos han localizado una serie de planetas flotantes. Generalmente, son gigantescos mundos gaseosos como Júpiter que carecen de la masa para las reacciones nucleares que hacen que las estrellas brillen. La medición de las temperaturas de estos objetos es relativamente sencilla, pero depende de la masa y la edad. Esto significa que los astrónomos necesitan averiguar la edad del objeto, antes de que puedan conocer si es lo suficientemente ligero como para ser un planeta o si es una «estrellas fallida» más pesada, conocida como enana marrón.
Investigadores encontraron a 2MASS J2126 en un rastreo del cielo en infrarrojo y lo identificaron como un posible miembro de un grupo de estrellas y enanas marrones de 45 millones años de edad conocidas como la Asociación Tucana Horologium. Esto lo hacía suficientemente joven y de baja masa como para ser clasificado como un planeta errante.
Imagen infrarroja de los dos objetos. Las flechas muestran el movimiento proyectado de la estrella y el planeta en el cielo durante más de 1000 años. 2MASS | S. Murphy | ANU. |
En la misma región del cielo se sitúa TYC 9486-927-1, una estrella que había sido identificada como joven, pero que no pertenecía a ningún grupo conocido. Hasta ahora nadie había sugerido que esa estrella estaba vinculada a 2MASS J2126. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Hertfordshire se dieron cuenta de que esos dos objetos, a 104 años luz del Sol, se mueven a través del espacio entre sí.
«Este es el sistema planetario más amplio encontrado hasta el momento y sus miembros se conocían desde hace ocho años, pero nadie había hecho el vínculo entre los dos objetos», explica Niall Deacon, de Hertfordshire. «El planeta no es tan solitario como nosotros pensamos primero, pero sin duda mantiene una relación a muy larga distancia».
Cuando miraron con más detalle, el equipo no fue capaz de confirmar que TYC 9486-927-1 y 2MASS J2126 fueran miembros de cualquier grupo conocido de estrellas jóvenes. Entonces observaron el espectro —la luz dispersa— de la estrella para medir la fuerza de una característica causada por el elemento litio. Este es destruido desde el principio en la vida de una estrella, así que cuanto más litio tiene, más joven es. TYC 9486-927-1 tiene firmas de litio más fuertes que la Asociación Tucana Horologium, de 45 millones de años, pero más débiles que un grupo de 10 millones de años, lo que implica una edad entre los dos.
Un pequeño sol
En base a esta edad, el equipo fue capaz de estimar la masa de 2MASS J2126, entre 11,6 y 15 veces la masa de Júpiter, lo que lo coloca en la frontera entre planetas y enanas marrones. El objeto se sitúa a 1 billón de kilómetros de distancia de su estrella madre, alrededor de 7.000 veces la distancia entre la Tierra y el Sol, dándole la órbita más amplia de cualquier planeta descubierto alrededor de otra estrella. Es una distancia enorme. Este mundo necesita aproximadamente 900.000 años en completar una órbita, lo que significa que ha completado menos de cincuenta órbitas durante su vida útil. Hay pocas posibilidades de encontrar cualquier forma de vida en un mundo exótico como éste. De existir, esos hipotéticos habitantes verían su sol como nada más que una estrella brillante, y no podrían siquiera imaginar que están conectados a ella en absoluto. © ABC.Es
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